jueves, 22 de septiembre de 2011






3 ESCULTORES 3

2 comentarios:

  1. EXPOSICIÓN 3 ESCULTORES 3".

    OSCAR MENDEZ LOBO
    MARCIANO BUENDÍA
    JOSE LUIS SANCHEZ
    Comisario David Gonzalez organizada por Silvia Anel

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  2.      David González Grande, el comisario de esta exposición, me dice que para él se trata de situar la geometría delicada de Óscar Méndez Lobo entre dos fuegos, el del ceramista Marciano Buendía y los trabajos en hierro de José Luis Sánchez Molina.
         Primer fuego. La obra de Marciano (ya me gustaría a mí llamarme así) me remite de inmediato a los años 70 cuando los contestatarios teníamos, sobre nuestra pared más íntima, fijado con cuatro chinchetas el abrazo de Juan Genovés. La esperanza ha desembocado en el desencanto, los brazos ya no abrazan, el ciudadano se ha convertido en un consumidor en paro y los revolucionarios en corderos sumisos, temerosos de perder su empleo y no poder pagar la hipoteca. Existen formas de clonación más acá y más allá de cualquier laboratorio. Lo llaman neoliberalismo por si alguien no se ha enterado. En definitiva, conciencia social que si como metáfora resulta algo monótona queda redimida porque el patio no da para más.
         Segundo fuego. La forja de José Luis. Un cante por martinetes a compás del fuelle, golpes que se suman, materia que se resta. La artesanía abandona su carácter funcional y se sitúa en el en sí (o quizás el para sí, que yo de metafísica no entiendo nada), sin embargo, incluso cuando se embarca en la abstracción, mantiene todo su calor que es lo importante. No es casual la atención que siente por los músicos y sus instrumentos, fuente de arabescos, curvas fijas o en movimiento, que en síntesis diseñan rejas. Y aún menos el gusto por las representaciones de D. Quijote porque a la hidalguía no la avala un escudo blasonado sino la conciencia de haber dado todo en nuestras obras. Buen ejemplo.
         Y en el centro el polifacético Óscar. Los que entienden de escultura destacan en sus obras tridimensionales el especial sentido del ritmo, y estoy de acuerdo. Algunas de sus piezas me sugieren movimientos de batuta, otras fragmentos de pentagramas en los que las notas se leen como melismas por la curvatura de las líneas. El tacto, en lugar de acariciar o presionar, se aparta, cosa rara, para ceder su puesto a la vista y al oído. La geometría tratada desde tales formas que se abren o se cierran, libres o a compás, puede llegar a convertir una parte del espacio en música, es decir, en tiempo.
        Dicen que el espíritu se aloja en la materia, echando un vistazo a nuestros tres escultores diría que tienen razón.
        Enhorabuena a todos los participantes en esta exposición con la que el Espacio para el Arte de Silvia Anel abre sus puertas a una nueva temporada.
    FATIO MADRID

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